Argumento de Revista Desperta Ferro: Arqueología e Historia, Nº4, Año 2015. Egipto: el Libro de los Muertos
Encuadernación: Rústica1La religión y el mundo funerario en el Reino Nuevo por José Miguel Serrano. El Reino Nuevo (ca. 1539-1077 a. C.) es una de las etapas más brillantes y complejas del largo desarrollo histórico del Egipto Faraónico. Tras el crítico Segundo Período Intermedio (ca. 1759-1539 a. C.), dominado por la presencia de un pueblo, los hiksos, siempre entendido como extranjero y que llegó a asumir el poder político y la realeza, Egipto parece desbordarse, de manos de los excelentes faraones de las dinastías XVIII y XIX, construyendo un imperio que iba desde Siria hasta Sudán (Nubia). El texto va a acompañado de un mapa de David Sancho con la localización de las principales áreas de necrópolis y centros de culto funerario del Reino Nuevo.
Un hogar para los muertos. Evolución de las tumbas y espacios funerarios sagrados en el Reino Nuevo (dinastías XVIII a XX, ca. 1539-1077 a. C.) por Nigel Strudwick. Tras la descentralización del poder que supuso el Segundo Periodo Intermedio (din. XIII a XVII) y la fragmentación del control gubernamental a manos de muchas familias reales distintas, el reunificado Reino Nuevo de Egipto supuso un remarcable renacimiento en casi todos los ámbitos de la cultura egipcia: edificaciones, religión, gobierno, literatura y un largo etcétera. En este artículo consideramos una de las áreas más reconocibles para el lector no especializado: la de los tipos, localización, naturaleza y funcionalidad de las tumbas. Acompaña a este artículo un mapa a doble página obra de David Sancho con la región occidental de Tebas, indicando los templos funerarios y los principales espacios de necrópolis de esta zona, incluyendo el Valle de los Reyes, el de las Reinas y las distintas zonas en las que se enterraron los nobles y funcionarios del Reino Nuevo. Se incluye asimismo una magnífica ilustración de Jorge Martínez Corada en la que vemos al detalle la tumba de Seti I, una de las más interesantes e influyentes del Valle de los Reyes.
Vivir y sobrevivir tras la muerte. El Libro de la Salida al Día por Lucía Díaz-Iglesias Llanos. El Libro de la Salida al Día (también conocido como Libro de los Muertos) es un conjunto heterogéneo de textos e imágenes (llamadas viñetas) usados en el Egipto antiguo para auxiliar al difunto en la nueva vida que le espera en el Más Allá. Las composiciones estuvieron en uso durante un amplio arco cronológico que se extiende entre los siglos XVII y I a. C., desde los primeros ejemplares conocidos en el Segundo Período Intermedio hasta los más tardíos del Período Helenístico. En la actualidad, estos materiales constituyen una fuente fundamental para conocer las creencias y prácticas religiosas egipcias antiguas: nos informan sobre los beneficios de los que pueden disfrutar los difuntos en el Más Allá y los ritos que son necesarios para alcanzarlos, pero también sobre los peligros a los que deben enfrentarse.
El Proyecto Djehuty en Dra Abu el-Naga, Lúxor por José Manuel Galán. La colina de Dra Abu el-Naga se eleva en la orilla occidental del Nilo, en el extremo norte de la necrópolis de la antigua Tebas, hoy Lúxor. Según los datos arqueológicos disponibles, la familia real de la dinastía XVII, así como sus cortesanos más próximos, en torno al año 1650 a. C., eligieron este lugar para ubicar sus tumbas, sus moradas para la eternidad. Todo parece indicar que también sus sucesores, los primeros reyes de la siguiente dinastía (con la que realmente no hay ruptura), fueron allí enterrados, siendo Hatshepsut quien se desmarca de la tradición e inaugura el Valle de los Reyes como lugar de enterramiento de monarcas. En ese momento, cien años más tarde, Dra Abu el-Naga debió hacerse más accesible a la élite local, aun conservando intacto su rancio abolengo tebano y carácter regio.
Partiendo hacia el horizonte. Rituales funerarios en el Reino Nuevo por Antonio J. Morales Rondán. En el antiguo Egipto la partida del difunto hacia el inframundo adquiría un significado ajeno a nuestro concepto de la muerte. El fallecimiento de una persona no solo era entendido como su final biológico sino que contemplaba aspectos sociales, religiosos y cósmicos que debían ser tenidos en cuenta durante la celebración del ritual funerario. La momificación de su cadáver, su vigilia, las diversas etapas del funeral y el mantenimiento del culto funerario estaban dirigidos, precisamente, a solucionar este episodio de separación física, social y personal del difunto. Acompaña a este artículo una espléndida ilustración a doble página, obra de José Luis García Morán, con la reconstrucción de los principales ritos realizados en los funerales de un importante funcionario del Reino Nuevo.
Magia y religión por Rita Lucarelli. En el antiguo Egipto no existía diferencia alguna entre magia y religión, y ni siquiera la antigua lengua egipcia distinguía dos palabras que podamos traducir como magia y religión en las lenguas occidentales modernas. Las prácticas religiosas y mágicas estaban ligadas a la vida cotidiana de los egipcios tanto como a las prácticas oficiales en los templos. Aun así, podemos distinguir la religión y la magia privadas de la de los templos, pese a que a veces las esferas oficial y privada se influían la una a la otra en lo que refiere a las prácticas rituales.
Ladrones de tumbas. Saqueo y conservación en las necrópolis tebanas por Gianluca Miniaci. El saqueo de tumbas no es algo raro en la cultura egipcia antigua, aunque algunas referencias escritas y evidencias arqueológicas apuntan a un fuerte incremento de esta práctica en la etapa final del Reino Nuevo. A su vez, estas mismas fuentes nos ofrecen una idea bastante clara de cómo se produjeron estos robos y qué hicieron los sacerdotes encargados de la conservación de las tumbas para preservarlas e incluso restaurar sus bienes. El artículo incluye una ilustración de Zvonimir Grbasic reconstruyendo el momento de ocultación de las momias y ajuares reales en la tumba-escondrijo de Deir el-Bahari (TT320).
El éxodo de las momias. Expolio y protección del patrimonio histórico y cultural en Egipto por Esther Pons Mellado. La llegada de Napoleón Bonaparte a Egipto en 1798 con una doble expedición militar y científica despertará un enorme interés hacia la antigua civilización egipcia, no solo por parte de historiadores y científicos, sino también de aventureros, marchantes, y todo tipo de personas sin escrúpulos, lo que dio lugar a una auténtica sangría de saqueos, pillajes y pérdidas en muchos casos irreparables. A mediados del siglo XIX, la creciente inquietud por parte de la comunidad científica por el continuo saqueo que experimentaba el país del Nilo, les llevó a unir sus fuerzas con el fin de frenar la sistemática caza de antigüedades e iniciar una labor de investigación, estudio, publicación, e incluso consolidación y restauración de monumentos, objetos o tumbas. Con posterioridad, tras las fuertes controversias entre Egipto y los descubridores de la tumba de Tutankamón por la propiedad del tesoro descubierto en su interior, Egipto no solo llevó a cabo una política más restringida en cuanto a otorgar concesiones a las misiones arqueológicas extranjeras, sino que estableció una especie de código ético para que estas misiones tuvieran como objetivo la excavación y estudio del hallazgo, y no la simple búsqueda del objeto. A pesar de ello, el saqueo seguiría produciéndose por otras vías incluso hasta nuestros días, y pese a la extrema vigilancia de su patrimonio, sigue habiendo saqueos y destrozos en los yacimientos arqueológicos.
Introduciendo el número 5, Mito y tiranía en la Sicilia clásica. Fálaris, Terón y el ciclo minoico por M.ª Cruz Cardete del Olmo. La tiranía no tiene buena fama ya desde la Antigüedad. Pero las tiranías griegas poco tienen que ver con las actuales y no se caracterizaron por su despotismo, sino por enfrentarse al poder tradicional que representaban las grandes familias aristocráticas. Cuando estas recuperaron el control, convirtieron el recuerdo de los tiranos en lo que todavía hoy sigue significando para nosotros. Y la imagen más potente del tirano depravado, cruel, caprichoso y egocéntrico la encontramos en Sicilia en la figura de Fálaris y su toro de bronce. Incluye un mapa de David Sancho con la expansión de la ciudad de Agrigento en época de Fálaris.