La herencia vikinga, por Manuel Velasco. Vikingo ha sido sinónimo de guerrero, pirata, saqueador y extorsionador, pero también debería serlo de colono, fundador de ciudades,literato y constructor de los mejores barcos de su tiempo. Una vida corta e intensa para este pueblo que acabó disolviéndose entre unos descendientes escandinavos que pronto se olvidaron de sus antepasados o entre aquellos pueblos con los que convivieron y transformaron, como anglosajones, irlandeses, francos o eslavos.
Vikingos en el Este. La penetración escandinava el la Europa del este durante la era vikinga, por John H. Lind, profesor de Historia Medieval en la Syddansk Universitet, Dinamarca. El papel que los escandinavos desempeñaron en el este se encuentra generalmente eclipsado por su actividad en el oeste, pero es una faceta que debe ser conveniente recordada.
La guardia varega, por Raffaele DAmato. A finales del siglo IX Constantinopla, la capital del Imperio romano era la mayor y más rica ciudad de Europa. Su posición única en el Bósforo, donde múltiples rutas comerciales cruzan o finalizan, atrajo desde Escandinavia y Rusia a guerreros y aventureros que trazaron el "camino de los varegos a los griegos". Estaban destinados a ser recordados como miembros de uno de los cuerpos de mercenarios más legendarios de la historia: la Guardia Varega.
Inglaterra 1066 AD, por Paul MacDonnell-Staff. Es esta una fecha que todos los escolares ingleses conocen, dado que fue un año trascendental en la historia inglesa, uno en el que los tres guerreros más sobresalientes de Europa rivalizaron por la corona inglesa y en el que tres grandes batallas se lucharon en suelo inglés para decidir quien gobernaría.
Poder y sociedad en la Sicilia normanda, por Mabel Villagra. Tras dos siglos de dominio islámico (827-1060), Sicilia (Siqilliyah, en árabe) había sido y era una amalgama de etnias y religiones: ortodoxos (griegos y albaneses), musulmanes (de origen árabe, andalusí, bereber y siciliano), minorías católicas (lombardos, italianos peninsulares) y judías.
Los normandos frente a los bizantinos: 1081-1085, por Ilkka Syvänne. Los primeros normandos llegaron a Italia hacia el 1017-18, empleados como mercenarios por los duques lombardos para hacer frente a los bizantinos. Aunque algunos no tardaron en cambiar de bando, los bizantinos también les parecieron débiles, por lo que los siempre oportunistas normandos pronto se volvieron contra ellos.
La transformación de Escandinavia: monarquías y cristianización, por Thomas Lindkvist, profesor de Historia Medieval en la Universidad de Gotemburgo, Suecia. Antes de la era vikinga, Escandinavia estaba estructurada en señoríos menores liderados por caudillos que, con frecuencia, rivalizaban entre sí. El fin de la era vikinga dio paso al nacimiento de las monarquías cristianas de Dinamarca, Noruega y Suecia, al establecimiento de una iglesia dependiente del Papado e integrada en la Cristiandad occidental y al surgimiento de una nueva clase dominante, la aristocracia terrateniente. Los escandinavos se habían integrado en la cultura europea.
Herido por el hierro, mordido por el filo: el escudo en los siglos X-XI, por Yeyo Balbás, El Clan del Cuervo. El escudo empleado durante la mayor parte de la Alta Edad Media europea poseía forma circular y estaba fabricado en madera, con un orificio central donde se fijaba un asa que en su parte exterior quedaba protegida por una cúpula de hierro, a la que los romanos habían llamado umbo (de "ombligo").
Reseñas de libros, miniaturas y juegos.
Y además, introduciendo el nº 4: Filipo asedia Bizancio. La inicios de la poliorcética helenística, por Ruben Saez. Filipo II de Macedonia fue el soberano que daría el impulso definitivo al desarrollo de la maquinaria de asedio durante la Antigüedad, al aunar a una enorme ambición los fondos necesarios para asumir un proyecto de tal envergadura.