Álvaro es un niño al que no le gusta mucho hacer los deberes. Por eso, cuando está resolviendo un problema de matemáticas, aburrido, se le ocurre dibujar a un monigote, Retoñito. Este se descubre como alguien muy travieso e inquieto y no para de hacer perrerías: romper la lámpara, gritar a horas intempestivas... La madre de Álvaro cree que es su hijo y no para de regañarle. Las cosas se complican cuando Retoñito exige a Álvaro que le lleve con él al colegio; allí las travesuras -y por tanto, los castigos a Álvaro- se multiplican. Cansado de proclamar su inocencia y de que nadie le crea, Álvaro decide "domar" a Retoñito: le hará hacer sus deberes escolares como si fueran juegos. El truco es efectivo y el monigote se encarga de las tareas del niño. Al cabo de los meses, Retoñito desaparece en un libro de Conocimiento del Medio, y Álvaro no vuelve a saber nada más de él. Pero un buen día su madre -escritora- le pide que vuelva a dibujar el monigote, que será el dibujo del protagonista de uno de sus libros.