Esta obra se adentra en el alcance que adquirió la representación de la ciudad y el territorio en la Edad Moderna, como estrategia de retórica visual al servicio del poder, y como éste va a ejercer su influencia en su afán por conocer, poseer y representar el territorio, sobre la creación de la fisonomía de la ciudad a través de las galerías de mapas y ciudades. Es importante la función que adquirieron dichas imágenes como objetos de prestigio y estrategia política, así como el papel que desempeñaron en su configuración los pintores y dibujantes al servicio del poder. Asimismo, se aborda el papel que desempeñó la dialéctica existente entre el arte y la ciencia en el proceso de constitución de una imagen de la ciudad y el territorio, sometida durante la Edad Moderna a un continuo proceso de elaboración.