Este libro es, a la vez, una reflexión sobre las relaciones entre España y Filipinas, y un estudio sobre la construcción de la nación filipina como entidad independiente; un proceso condicionado, sin duda, por la larga vinculación colonial que mantuvieron los dos países. A través de distintos capítulos, se desgranan las claves de la relación que unió a España y a Filipinas, subrayando las distintas funciones que el archipiélago desempeñó dentro del Imperio español, en una incesante búsqueda de sentido y rentabilidad mantenida a lo largo de siglos. Se contempla, así, cómo Filipinas se convirtió, sucesivamente, en plataforma española frente a Asia y retaguardia del imperio americano; en tierra de encomiendas y empresas evangelizadoras; en la base del comercio del Galeón transpacífico que unió Manila y Acapulco en un primer ensayo de globalización; y cómo se transformó, ya en el siglo XIX, en una economía agroexportadora de productos tropicales de alta demanda mundial tabaco, azúcar, abacá, justo en plena época de la expansión colonial, lo cual despertó los intereses de las principales potencias imperialistas. Se señalan también los distintos mecanismos económicos que hicieron posible el gobierno español de Filipinas, y se cuestiona la financiación de la economía isleña. Junto a ello, en el libro se insiste en cómo, paralelamente, dentro de ese marco colonial, se fraguaron las bases que hicieron posible la forja de la nación independiente. A tal fin se analizan tres factores fundamentales en ese proceso esenciales también para entender tanto la evolución histórica de las islas, como las Filipinas actuales, esto es, la forja de la vida política, la consolidación de una identidad nacional, y la influencia de la religión dentro de la sociedad filipina.