Asia Central se ha convertido en una zona de competencia entre las grandes potencias desde el hundimiento de la URSS en 1991.
La región es clave por sus recursos naturales (petróleo, uranio y gas natural) así como por su posición geográfica (en el corazón del continente euroasiático).
La pugna entre los diversos actores refleja unas dinámicas que pueden tener su reflejo en el futuro escenario global: la pujanza de Rusia y China, el declive de Estados Unidos y las potencialidades por explotar de la Unión Europea.