Relatos perversos vierte su cauce narrativo sobre zonas del psiquismo humano donde la locura, contradicciones existenciales y el absurdo se confabulan para lograr su unidad temática, la cual se ciñe a lo cardinal mediante un lenguaje sensual, sarcástico, humorístico y lírico. Desde sus dramas los personajes luchan por inventarse fórmulas de resurrección; sin embargo, les es imposible desembarcar de los enredos, no retornos, traumas y rupturas, sucumbiendo en adustos naufragios de causalidades o casualidades dinámicas e intensas con los que buscan dar respuesta al eterno dilema shakesperiano del SER o NO SER a través del sadomasoquismo que, definitivamente, conduce a la introspección que toda obra literaria exige.