Había un bebé huérfano en Belle... y el hijo pródigo de la ciudad iba a convertirse en su padre. Simon Gilmore había regresado a la ciudad y eso suponía un problema para Kit Davenport, que acababa de ganar la custodia del bebé de su mejor amiga. Aunque había sabido que estaba fuera de su alcance, Kit siempre había sentido algo muy especial por Simon. Pero no podía entender por qué había abandonado a su hijo... Pues porque no había tenido la menor idea de que era suyo. Hasta que entró a aquella cafetería y se vio reflejado en el rostro del pequeño Nathan. El único obstáculo era el deseo que Simon sentía por la guardiana del niño. Tendría que demostrarle que ellos tres debían estar juntos...