Roussel (1877-1933) poeta francés poco conocido en su tiempo, escribió un libro titulado Cómo he escrito algunos de mis libros para ser leído después de su muerte, y se retiró a Palermo donde de hecho se suicidó en medio de una euforia producida por estupefacientes. Su obsesión estilística era el juego acrobático con las palabras que se parecen mucho pero que dicen cosas completamente diferentes. Este continuo desdoblamiento de palabras y de cosas a base de homografías tenía que provocar este sorprendente análisis desconstructivo de Foucault.