En la primera parte, Gabino Uríbarri aclara la cualificación teológica de la consagración religiosa, para descifrar su peculiaridad. Recorre los hitos mayores en los que la vida religiosa se presenta como vida consagrada en documentos oficiales de la Iglesia.
En la segunda, Nurya Martínez-Gayol emprende el vuelo, tomando impulso de la peculiar llamada y la elección a esta forma de vida. Este vuelo precisa del viento del Espíritu y de la disponibilidad de un Cuerpo que se deje atraer, conducir y descolocar una y otra vez. Un viento que requiere una forma de vida «sin forma», sostenida por la fe, radicalizada en la esperanza y habitada por el amor.
En la conclusión general conjunta, mostramos la estrecha ligazón entre estas dos perspectivas, raíz y viento.