El protagonista de Rabia carnal (1890), un ser primitivo y miserable llamado el Marú, vive en una torre una suerte de crepuscular Casa Usher en medio de un bosque con Madeleine, la hija de una ex-amante muerta. El Marú está obsesionado con ella, poseído por una pasión descontrolada cuya rabia intenta saciar, y la acosa implacablemente, hasta que Madeleine decide huir de la torre. El Marú ya no puede vivir sin ella y la perseguirá sin descanso con la única idea de poseerla. La narración nos describe con todo detalle la locura del Marú: lo que comienza como una historia verosímil va hundiéndose poco a poco en el delirio y la alucinación.