Hablar de literatura lésbica desde una perspectiva histórica es hablar de una forma de disidencia y de unas autoras que han intentado no sucumbir ante lo que Adrienne Rich denomina «heterosexualidad obligatoria». Las autoras y autores de este libro bucean en el pasado de una tradición literaria, en la que las tribulaciones de Virginia Woolf en torno a la identidad, así como el lesbianismo explícito de El pozo de la soledad (1927), constituyen las primeras manifestaciones de una expresividad lésbica, que entronca con el pensamiento feminista posterior y con grandes hitos de la narrativa lesbiana durante los años sesenta y setenta como Sarah Waters o Rita Mae Brown. Esta rica visión histórica se cierra con un breve panorama interdisciplinar sobre la última hora de la literatura homoerótica femenina en lengua inglesa, analizando en profundidad el complejo mundo simbólico de poetas como Audre Lorde o Judy Grahn, las múltiples vertientes de la narrativa contemporánea, desde la novela de intriga hasta la ciencia ficción, y las novedades que ofrecen la escena londinense y neoyorquina en torno al argumento.
Que sus faldas son ciclones intenta paliar la invisibilidad a la que se ha visto abocado históricamente el colectivo lesbiano y su producción artística, reconociendo la existencia de una producción literaria propia de un grupo marginado (el lesbiano) dentro de un grupo marginal en el canon literario (las mujeres escritoras), aportando una mirada diferente y enriquecedora.