El actual modelo de explotación de las fuentes de energía toca a su fin por el agotamiento de los recursos fósiles, entre otros factores. Las consecuencias de esta crisis serán enormes en términos económicos, sociales, naturales y humanos. La salida de la actual crisis pasa también por construir una nueva cultura energética, una alternativa sostenible basada en las energías renovables, y una democratización de los recursos.