¿Qué entendemos por trabajo? ¿Lo reducimos al empleo asalariado, o incluimos todo aquel trabajo que produce una sociedad? En tiempo de desempleo, precariedad laboral y desigualdad la pregunta no es en qué trabajamos, ni cómo, sino para qué trabajamos. ¿Queremos seguir trabajando para conseguir una remuneración que nos permita consumir como hoy? ¿Nos atrevemos a imaginar otras formas de relación social para depender menos del dinero?