Nuestros puntos de vista nos definen. Nos hacen únicos. Y muchas cosas dependen de ellos. Nada parece escapar a su influencia. Sin embargo, la naturaleza de los puntos de vista es frágil e inestable. Nuestro acceso a la realidad siempre requiere adoptar un punto de vista. Pero por mucho que busquemos, no encontramos puntos de vista en la propia realidad. La realidad que vemos a través suyo los acaban haciendo desaparecer. Como momentos perdidos en el tiempo. Como lágrimas en la lluvia.
¿No está en filosofía ya todo dicho y hecho? ¿Puede la filosofía hacer algo más que repetir su ritual? ¿Puede hacer algo más que repetir eternamente el viejo ritual de la reflexión sobre un cierto conjunto cerrado de «grandes temas»? ¿Puede escapar del círculo de los «problemas eternos»? Sí puede. Puede hacer algo más porque hay problemas nuevos en filosofía. No todo está dicho y hecho. Hay problemas nuevos. Y este libro trata sobre uno de ellos. Nuestro problema puede plantearse en muy pocas palabras: ¿Qué es un punto de vista?