Aquélla sería una dulce venganza... El magnate inmobiliario Damien Sauer había entregado su corazón sólo a una mujer? pero ella se lo había pisoteado. Ahora había llegado por fin el momento de la venganza. El multimillonario iba a hacer que Tess York pagara por el error que había cometido. ¿El plan? Acceder a que Tess y sus socias no tuvieran que abandonar el local en el que se encontraba su negocio, y que era propiedad de Damien. ¿La única condición? Tess tendría que hacer todo lo que él le pidiera.