Todos llevamos dentro un niño que soñó con seres fantásticos y misteriosos en la infancia y juventud, un niño que descubrió el juego tenebroso de las sombras y los ruidos, de los seres enigmáticos y de las aventuras intrigantes. Y ese niño siempre vive dentro de nosotros, independientemente de los años que hayan pasado.