La primera idea de su elaboración nace de la Intención de analizar los procesos de afianzamiento y progreso de los preceptos religiosos y sociales emanados de la difusión de la contrarreforma en la cultura y el arte sevillanos, especialmente en el seno de su escuela pictórica, que a lo largo de aquella centuria vivió uno de los momentos de esplendor conocidos en el arte español.
Para ello resulta de especial interés el estudio de los programas iconográficos que decoraron templos, cenobios y otros ámbitos especiales de carácter religioso de la ciudad; uno de los vehículos más claros de comprensión de la mentalidad de la época en el análisis intensivo de su contenido iconográfico.