Argumento de Primavera Triste y Otros Relatos
En la obra de Vicente Blasco Ibáñez se refleja un espíritu inquieto, lleno de curiosidad e interés por las vicisitudes de los seres humanos, en particular de los más desfavorecidos. Su capacidad de creación le asimila a la estirpe de los grandes novelistas del siglo XIX, como Balzac y Zola, a quienes reconoció como maestros. Yo he nacido para contar historias. Siento la necesidad de escribir, tan imperiosamente como necesito comer y beber. Tal vez sufra grandes desilusiones y lo que imaginé sobre las páginas impresas resulte más hermoso que la realidad. Pero siempre me quedará el placer de haber llevado una existencia bohemia a través del mundo. Vicente Blasco Ibáñez Vicente Blasco Ibáñez nació en Valencia en 1867, y, aunque se graduó en Derecho, dedicó su vida a la literatura, la política y el periodismo. Con sólo 21 años ingresó en la masonería. Ferviente republicano y antimonárquico, fue detenido y encarcelado en más de 30 ocasiones por sus actividades políticas. Representó a Unión Republicana en el Congreso de los Diputados y, años después, se integró en la Unión republicana autonomista. Millonario, cosmopolita, dandy, duelista (intervino en tantos duelos como libros escribió), y, fundamentalmente, reconocido autor de éxito, viajó por numerosos países, pero fue Argentina uno de los que más le eclipsó. Allí dio conferencias sobre la historia de la literatura española y fundó, en 1909, dos comunidades utópicas, Cervantes y Nueva Valencia. Dentro de su legado literario se incluyen obras como ¡Viva la República!, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, La vuelta del mundo de un novelista, Cañas y barro, Sangre y arena, Arroz y tartana, Entre naranjos y El fantasma de las alas de oro, entre muchos otros títulos que han sido llevados al cine y traducidos a una decena de idiomas. Este intelectual valenciano, que fue distinguido con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad George Washington y se convirtió en uno de los primeros escritores de best-seller en Estados Unidos, falleció el 28 de enero de 1928, durante su exilio en Menton (Francia), un día antes de cumplir 61 años.0