La ciencia prehistórica ha experimentado un notable auge en los últimos años al desprenderse de dogmatismos, variar sus intentos de conocimiento y abrirse a la multidisciplinariedad. Paralelamente, la aparición de nuevos y espectaculares yacimientos arqueológicos, estudiados desde diversas y renovadas disciplinas, han enriquecido en cantidad y calidad las informaciones arqueológicas disponibles. Por estas razones, la Prehistoria del siglo XXI formula nuevas hipótesis para el mejor conocimiento de nuestros orígenes como europeos y para explicar la evolución biológica y cultural de las sociedades de cazadores recolectores de la Prehistoria Antigua (Paleolítico y Mesolítico).