Antonio Rigo es una selva que crece ganando metros a la ciudad. Un druida que conoce la rosa enferma que vive en el interior de la luz:
Es la hora del adiós a las ciudades. Es la hora del adiós a los números y a la aritmética absurda de las culpabilidades. Es la hora de amar la soledad. Es la hora yo soy mío- del bosque encendido
Se despide y. mete la mano en la tierra y nota los dientes del sol. esté donde esté siempre el amor o la soledad, siempre el bosque, siempre la luna, siempre el mar: comunión con la naturaleza.
J. Jorge Espina