El millonario texano Joc Arnauld había superado sus orígenes ilegítimos y había llegado a convertirse en toda una leyenda del mundo empresarial. Por eso no estaba dispuesto a permitir que ningún hijo suyo creciera sin dinero y siendo objeto de burlas como le había pasado a él. Así pues, lo quisiera Rosalyn Oakley o no, su hijo llevaría su nombre. Y ella también. Joc sabía que lo que Rosalyn deseaba era volver a su rancho y no volver a verlo jamás? Lástima, porque no iría a ninguna parte con su hijo.