Y, sin embargo, Ashbery será siempre un desconocido. Inabarcable como el mercurio, como la propia vida. La potencia de sus paisajes mentales suplanta en libros como Rivers and Mountains o The Double Dream of Spring a la autoridad de la voz, característica primordial de la poesía estadounidense desde Whitman. Y más que el optimismo, Ashbery confía en otro tipo de elocuencia, en la que se tienen mayor importancia el misterio, lo secreto, lo privado y lo íntimo. Antes de desvanecerse en el aire sus palabras logran, casi con indiferencia, construir una poesía a la que nada le es ajeno. Frente a la obra de John Ashbery se experimenta el vértigo de presenciar, probablemente, la forja del primer clásico de la era posmoderna.
M.R.-G .