Aparece por primera vez en castellano esta obra escrita por Santo Tomás Moro en 1522 y que bien podría titularse Arte de Vivir. Se trata de un ejercicio intelectual, en el que Moro se propuso reflexionar emparejando, en breves meditaciones sucesivas, los cuatro novísimos (muerte, juicio, cielo e infierno) y los siete pecados capitales. La obra quedó incompleta -sólo con las reflexiones relacionadas con la muerte- y de ahí el título. El lector notará enseguida la frescura del lenguaje de Moro, lleno de sentido común y buen conocedor, como político experimentado, de los vicios por los que tan fácilmente se dejan arrastrar los hombres, y que a última hora- de nuevo una relación con los novísimos- les hacen infelices. A no ser que, meditando comno él propone, comprendan que la conducta virtuosa vale la pena.
El texto va acompañado de una valiosa introducción del traductor y experto moreano Álvaro Silva, de notas explicativas y de textos menores de Moro, siempre cargados de buen humor, como el epitafio, que comienza Qui memor es Mori, y que puede traducirse por Tú, que te acuerdas de Moro, o también Tú, que te acuerdas de que has de morir.