Se encontró la puerta abierta, y observó que un montón de pétalos de rosa conducían hasta el baño. Ella presagiaba lo peor. El miedo invadía su cuerpo, presentía que podían cumplirse sus peores temores. El silencio reinaba en el ambiente. Algo malo había sucedido. Cuando llegó al baño, siguiendo el camino marcado por los pétalos y acompañada por el olor a rosa, lo vio todo. La bañera estaba roja, todo era sangre, su guía eran pétalos de sangre.