Alexander, el protagonista de esta novela, se ve envuelto en una búsqueda que le cambiará la vida tras la muerte de una persona muy importante de su familia. Por su profesión y su forma de ser, Alexander se niega a creer que exista alguna forma de ponerse en contacto con personas ya fallecidas. Necesita una forma de despedirse, de calmar el dolor que siente porque sabe que si no, no podrá seguir adelante con su vida. Revisando unos antiguos trabajos de su padre realizados muchos años atrás, descubre que uno de sus pacientes asistió a su consulta porque declaraba poder ver y oír cosas que en teoría, para Alexander, sólo existían en la imaginación de unos pocos. Intrigado por si lo que ese niño contaba en la consulta de su padre, años atrás, era cierto o no Alexander emprende una minuciosa búsqueda para poder localizarle y hablar con él. Lo que no sabe es que la llegada de esa persona a su vida será el comienzo de otra cosa que jamás soñó encontrar.