La exitosa y controvertida carrera literaria de Antonio Fogazzaro (1842-1911) gravita en torno a sus siete novelas, con las que evolucionó desde la superación del decadentismo hacia la búsqueda de una regeneración del cristianismo en sus últimas obras. En todas ellas, protagonistas de personalidades singulares y complejas, en el contexto de una visión problemática de la sociedad italiana, recrean las inquietudes humanas e intelectuales de un escritor afín al modernismo religioso y defensor de la compatibilidad del creacionismo divino con el evolucionismo. "Pequeño mundo antiguo" (1895) es la obra maestra de Fogazzaro y una de las novelas italianas más importantes del siglo XIX. Relata la historia de amor de Franco y Luisa, así como la discordia a la que se ven abocados por las diferencias ideológicas y religiosas que afloran ante la injusticia y el drama. En la novela alternan la narración basada en la memoria, la indagación psicológica de los protagonistas y el diálogo, todo ello con el trasfondo simbólico y poético del "pequeño mundo" a orillas del lago de Lugano y del patriotismo del periodo histórico "antiguo", previo a la Unificación italiana.