Ser capaces de vernos a nosotros mismos como si fuésemos otra persona o un personaje de ficción es ejercitar nuestra habilidad para lidiar con la metáfora y otros lenguajes figurativos. Empleando ejemplos literarios, Cohen argumenta que podemos empatizar con personajes ficticios tan intensamente como lo hacemos con gente real, y analiza algunas de las formas en que la literatura hace suya la cuestión de la identificación y comprensión interpersonal. La metáfora es, además, la cristalización de una pequeña obra de arte y, por lo tanto, puede analizarse a partir de la estética. Una meditación original acerca de la necesidad de una vida moral estética. Pensar en los otros es una importante contribución a la filosofía y a la teoría literaria.