Su reinado, desarrollado en un estado prácticamente de guerra civil entre dinastías a la que se sumaron los intereses de los vecinos reinos de Navarra, Aragón y Portugal, así como los del papado y de cortes como la francesa y la inglesa, unida al propio comportamiento criminal del rey, terminó con un regicidio que alzó al poder a una dinastía bastarda y usurpadora, que pretendió justificarse por medio de acusaciones e infundios que achacaron al fallecido monarca. Tras la victoria de Enrique de Trastámara se impulsó una campaña de destrucción y silenciamiento de cualquier testimonio que pudiera proporcionar una visión positiva de Pedro I, y esas acusaciones (desde la de filojudío hasta la de rey ilegítimo e indigno) se mantuvieron hasta el siglo xv. En las siguientes centurias la figura de don Pedro siguió siendo objeto de polémica, y, sobre todo, pasó al terreno de la literatura, en donde protagonizó romances y obras de teatro poblados de truculentos asesinatos.
Este libro, que viene a sumarse a los escasos estudios que durante los últimos años se han dirigido a investigar la vida y el gobierno de Pedro I, nos proporciona una completa e intensa visión de un reinado convulso y de un rey cuya imagen ha estado siempre cubierta bajo las negras tintas del oprobio.