Sobre los cimientos de un profundo amor a la naturaleza y con la ingenuidad como herramienta, Abundio Fernández decide levantar un baluarte con sus recuerdos. La única arma de que dispone para defenderse de un enemigo que no le da cuartel: la vejez. Una choza, un piso y un chalet adosado, además de marcar le evolución anímica y social del protagonista, son los difuminados crisoles de los que se vale el autor para mezclar, a veces con sorprende vocabulario, la miseria con el humor, la pasión con la crítica y el drama con la aventura. Un mosaico narrativo donde, a través de numerosos personajes y situaciones, la rebeldía y el escepticismo se confunden en poético maridaje.