De la noche a la mañana se había convertido en una princesa?Amy Scott se sentía más a gusto en la librería de su pequeño pueblo que en el palacio imperial de Lufthania. Pero, según el atractivo príncipe Will, aquél era el lugar al que ella pertenecía. Sin embargo, mientras Amy, la heredera al trono, se acostumbraba a aquel estilo de vida, el príncipe Will prefería apartarse de ella. Por lo visto, tenía una regla personal que le prohibía enamorarse, y menos aún de su nueva soberana. Para ganarse su corazón, Amy tendrá que hacer algunas concesiones reales. ¿Podrá conseguir a su príncipe azul y hacer realidad su cuento de hadas?