J.A Sánchez-Gómez, despliega en una serie de cuadros vitales una prosa de intenso lirismo en la que las elaboraciones sobre los recuerdos de la niñez y la adolescencia, así como los naufragios de la juventud y madurez, vienen expuestos a corazón abierto con una impudicia rampante y sin realce de las virtudes ni desdoro de las flaquezas.