Hace 30 años, cuando apareció la edición de este libro, podía parecer superado por demasiado vinculado a creencias abandonadas por le Iglesia. Hoy es considerada como vanguardia. «Dios se hace hombre, para que el hombre se convierta en Dios». Esta es la fe de la Iglesia primitiva de Oriente y de Occidente. Esta sigue siendo la de los cristianos de Oriente: Dios se hace uno de entre nosotros, para arrastrarnos con el hasta la casa del Padre hasta no hacer sino uno con Dios. Esto es lo que sienten hoy los que han vivido una experiencia de muerte provisional. Es también lo que s través de los siglos han vivido todos los místicos, tanto de Occidente como de Oriente. Pero la Iglesia de Occidente ha seguido una evolución intelectual que la ha alejado poco a poco de esta fe mística. Las ciencias por su parte, construían una visión del mundo en la que a las experiencias místicas y a lo sobrenatural no les quedaba ningún lugar posible. La Iglesia de Occidente ha terminado por tanto por abandonar así lo que constituye lo esencial de la fe cristiana. Se trata de una verdadera traición. La Iglesia ya no se atreve a decir hasta dónde llega el amor de Dios hacia nosotros. El Papa Francisco parece querer insistir de nuevo en esto, más que sus predecesores. Pero será necesario, para ser creíble, una verdadera rectificación de la teología, una vuelta a la Tradición de la Iglesia. Ahora bien, sucede que los últimos descubrimientos de las ciencias contemporáneas han roto con el racionalismo un tanto ingenuo del siglo XIX. Los científicos parecen hoy abiertos a todas las hipótesis y reconocen por tanto una cierta posibilidad a fenómenos que se les escapan completamente. Este libro pretende contribuir a una vuelta a la Tradición, pero a la luz de las ciencias de hoy y de las experiencias espirituales de los místicos y de los que se han creído muertos.