Está claro que no fue así. Y solo unos pocos supieron verlo entonces. De todos ellos habla el autor en este libro, en el que los que lucharon en la guerra dejan sitio a los que se opusieron a ella, muchos de los cuales terminaron en la cárcel por defender sus ideas. Entre ellos, el futuro ganador de un Premio Nobel de Literatura Bertrand Russell y un exdirector de diario que publicó para sus compañeros de prisión un periódico en papel higiénico.
Libro formidable y documentado, para acabar con todas las contiendas no es sólo una poderosa evocación del terror de la Primera Guerra Mundial, sino un homenaje a los que sufrieron sus consecuencias y a los que pagaron un precio muy alto por rebelarse contra ella.