Argumento de Palabras Al Viento
En ocasiones hablamos por hablar, sin tomarnos muy en serio lo que decimos y las implicaciones o las repercusiones de lo que decimos. Por eso se dice que las palabras se las lleva el viento. En cierto sentido, que esta obra trata de desentrañar, es posible que esa frase hecha encierre una profunda verdad acerca de nuestra relación con el lenguaje. Sin embargo, no se puede negar la tremenda eficacia de las palabras, que son instrumentos gracias a los cuales somos capaces de hacer una infinidad de cosas. Podemos hacer afirmaciones, predicciones, promesas, peticiones, advertencias y objeciones, así como dar órdenes, insultar o amenazar a alguien, dimitir de nuestros cargos, convocar a un grupo de personas para una reunión, agradecer un favor y muchas otras cosas por el estilo. Todos esos son, sin duda, importantes logros para simples palabras arrastradas por el viento. Podemos caracterizar los diversos modos mencionados de usar el lenguaje diciendo que nuestras emisiones lingüísticas son susceptibles de cargarse con una amplia variedad de diferentes fuerzas. Ahora bien, ¿cómo ocurre tal cosa? ¿En virtud de qué decimos que ciertos sonidos o marcas constituyen, por ejemplo, una objeción, una petición o una promesa? ¿Qué es, en general, una fuerza? Palabras al viento constituye un intento de perfilar mejor esas cuestiones y de darles cumplida respuesta.0