La amistad entre Elisabeth Sass, católica, y Lilli Winter, judía, se forja en 1925, al mismo tiempo que el partido nazi se afianza en Alemania. Se mantienen inseparables durante los años del desempleo, el terror, la persecución y la Segunda Guerra Mundial, desastre este último sobre el que ahora se nos ofrece el punto de vista de las mujeres, armadas sólo con su solidaridad para hacer frente a las bombas y a la perversidad de los nazis.