Es esa una de las preguntas que llenan esta última novela del autor. Una pregunta que, como tantas de las otras que salen en sus páginas, apenas encontrará la respuesta velada de un padre que decidió morirse sin abrir la boca. Este título es una novela sobre el silencio y el olvido, sobre el peso de la humillación a que nos someten las derrotas, sobre el miedo que todavía hoy perturba el relato de las historias que nunca se contaron. Es también, esta novela, un diálogo a ratos imposible entre lo que de verdad pasó y lo que recordamos, entre la realidad y la invención, entre la lealtad y las traiciones. Una vez más, el autor indaga en lo más profundo de la memoria y, como siempre, lo hace sin asegurar ninguna salida. Como tantas veces se ha dicho de su escritura, una escritura unánimemente bien recibida por crítica y público: el territorio más suyo y de quienes la leen será siempre el cielo abierto, la intemperie.