Conforme los medios de comunicación y los formadores de opinión en lugar de contribuir; destruyen. La exigencia de la vida moderna es constante y en su rol, pretende oradores impolutos con un manejo de las formas y los fondos completamente opuestas a lo anteriormente mencionado. El Encargado de sector que les pide a sus empleados que se comuniquen (?) entre ellos a través de mensajería instantánea para no tener ¿ruido? en el ambiente de trabajo, es el mismo que le solicita a alguno de ellos una presentación de producto ante 20 distribuidores. Surge también la imperiosa exigencia en esta época de ser todos ?todo? y además en ese ?todo?, perfectos. A un especialista de la palabra no se le pide que domine una planilla excel o que efectúe armados de presentaciones dignas de un diseñador. Tampoco que dibuje y realice esquemas de manera perfecta e inmaculada. El presente libro pretende de manera práctica, sencilla, tangible y visceral, transmitir a través de conceptos claros, ejemplos y ejercitación, una forma de encarar la oratoria más cercana a una actitud de vida, que nos permita pararnos frente a cualquier tipo de público y descubrir en la palabra, una nueva y potente fortaleza.