Aquél no era el matrimonio que Trystan DeLanyea buscaba. La vidente del pueblo quería casarlo no con una hermosa normanda, sino con la sensual y descarada Mair, que se había burlado de él desde la infancia, y que le ofrecía una pasión muy inoportuna de la que no podía escapar. Aunque era libre y directa, Mair de Craig Fawr tenía un secreto. Sir Trystan DeLanyea había mantenido cautivo su corazón desde siempre. Aun así era el hijo de un poderoso barón y ella sólo una fabricante de cerveza. Cualquier amor que compartieran sería fugaz. ¿Pero cómo podía darle la espalda al hombre que sabía que formaba parte de su destino?