No podía decirle que estaba embarazada hasta que él no dijera que la amaba... Starr Bravo no encontraba el modo de decir que estaba embarazada. Seguramente porque, aunque llevaba enamorada de Beau Tisdale desde los dieciséis años, los dos habían estado de acuerdo en que lo suyo no había sido más que un romance de verano; cuando llegara septiembre, cada uno seguiría su camino... ella volvería a su sofisticado empleo en Nueva York y él a la vida en el rancho. Pero cuando ya era demasiado tarde, Starr se dio cuenta de que la vida que ella deseaba estaba allí, junto a Beau y el hijo que esperaban. Tenía que encontrar las palabras para comunicárselo antes de que el bebé lo hiciera por ella.