Una historia de amor que se desarrolla en ocho noches y resume los esplendores y miserias de la pasión amorosa.
Es la noche de Navidad, y Henry deambula por los salones de un inmenso apartamento del Upper West Side de Nueva York, confundiéndose con los demás invitados de una fiesta que parece no acabar nunca. De pronto, una voz lo sorprende: \"Soy Clara\", sin más, anuncia una mujer joven y hermosa, y estas dos palabras, tan simples y firmes, bastan para intrigar a Henry. Luego, un cigarrillo compartido en la terraza y unas cuantas frases más los convierten en cómplices de una historia de amor única.
Nosotros, desde las páginas del libro, acompañamos a Henry en los días que siguen a la fiesta, a lo largo de las ocho noches blancas que separan la Navidad de la celebración de Año nuevo. Ahí estamos, testigos privilegiados de las dudas del joven, de sus paseos solitarios en busca de Clara, de su desconcierto al verla de repente cuando todo parecía perdido, de su miedo al compromiso y sus ganas de entrega.
Todo lo que suele caber en una gran aventura amorosa, aquí se destila en una semana inolvidable, un espléndido homenaje de André Aciman a las Noches blancas de Dostoievsky y a la mejor literatura amorosa de todos los tiempos.