El libro analiza las particularidades de estas actividades laborales en relación con la propiedad intelectual, la organización de los procesos productivos, las diversas clases de educación, los mecanismos de poder y la sindicalización. Y lo hace respaldado tanto por materiales estadísticos como por trabajos de campo con programadores de software, músicos y teleoperadores de call centers.
Obreros de los bits, en su intento de ir más allá de los relatos optimistas asociados a la idea de la llamada sociedad del conocimiento, descubre un heterogéneo purgatorio, allí donde aquellos relatos veían un paraíso digital. Así, este libro contribuye a poner sobre la mesa de los actores políticos, sindicales, educativos y, ciertamente, académicos, el debate urgente respecto de las instituciones que el trabajo informacional requiere.