Edmund Wilson es uno de los titanes de la literatura norteamericana del siglo XX. Aunque cultivó con fortuna distintos géneros, fue, por encima de todo, el primer gran crítico independiente capaz de construir una lectura exigente e implacable de la literatura de su época. Puede decirse también que Wilson fue el crítico de la llamada «generación perdida», formada por escritores como Hemingway, Dos Passos o Scott Fitzgerald, a quien descubrió y cuya carrera estimuló a lo largo de su prolongada amistad. De la vasta y variada producción crítica que Edmund Wilson llevó a cabo a lo largo de cincuenta años, Aurelio Major ha elegido y ordenado una muestra sustancial que puede considerarse la mejor antología de su obra. Alternadas con ensayos y reseñas, se incorporan también algunas de sus impagables cartas, como las que se cruzó durante décadas con Vladimir Nabokov a propósito de los más diversos e indignantes asuntos. El insobornable criterio de Wilson, su dolorosa perspicacia, esa maravillosa impertinencia, el despiadado ejercicio de su responsabilidad crítica resultan, hoy como ayer, una fiesta de la inteligencia y un antídoto contra la conformidad, las convenciones y la uniformidad totalizadora.