En ausencia de su abuelo, líder del clan, Rikuo no permitirá que el cabecilla de la procesión de los 88 demonios de Shikoku ataque a los suyos y subyugue la región. Porque ese ambicioso yokai controla a sus seguidores gracias al miedo, mientras que Nura ha conseguido ganarse la lealtad de sus seguidores y eso marcará la diferencia.