abyectas actividades, sin importarle en absoluto las consecuencias de estas prácticas. Y éstas, curiosamente, lo han conducido a una existencia de éxito y enriquecimiento. Sin embargo, esta cadena de atrocidades ha llegado a su fin. Alguien está dispuesto a hacerle pagar todo el mal cometido y vengarse por todas las personas a las que ha perjudicado; lo ha encerrado en un insalubre agujero y piensa juzgarlo, condenarlo y ejecutar la sentencia. Coan Gómez dibuja con maestría y una crudeza rayana en lo enfermizo la mente de un psicópata frente a la última oportunidad de su vida, su número PUK.