Deslumbrada por el apasionado príncipe Khalil Khan, Dora Nelson disfrutaba del cuento de hadas que era su nueva vida como princesa de El Bahar. Sin embargo, cuando descubrió que el amor y el afecto de Khalil eran una farsa, se negó a acatar su voluntad. Khalil la había traicionado; y aunque ella no podía perdonarle, tampoco podía dejar de amarlo. Por encima de todo, Dora quería un hogar feliz y un esposo que la amara. Ahora, cada vez que su carácter fuerte chocaba con la arrogancia del príncipe, saltaban chispas. Y si Dora y Khalil no encontraban un punto de encuentro, su ardiente matrimonio los consumiría a ambos.