Al inicio de los años setenta desaparece una bella actriz de películas españolas de terror, Isabel Silva. En el Madrid actual, el ya anciano director que realizó sus películas más representativas, Jacobo Blanco, vuelve al cine, para rodar una película como las que hacía entonces. Un crítico infeliz, Eugenio Arbó, que de joven se enamoró de la actriz al verla encarnando una vampira en una película de Blanco, aprovecha el acontecimiento para contactar con el director. Arbó cree que la actriz fue asesinada, y ahora pretende confirmarlo, mientras el rodaje tiene lugar.