Este es un libro curioso y diferente. Narra la historia de una familia que se enfrenta a la muerte de su padre, de un hijo que acude a la ley para reclamar su herencia, de otro que se atormenta con la confesión que le hizo su progenitor en su lecho de muerte; de una hija que se enamora, de otra que se implica en el movimiento abolicionista y de una más que se sacrifica por su marido. Salvo que todos los protagonistas de esta historia son dragones de garras y colmillos ensangrentados... Tenemos aquí un mundo de políticos y estaciones de ferrocarril, de cortejos y mansiones en el campo... Un mundo en el que al morir un anciano, los miembros de su familia se reúnen para comerse el cuerpo del fallecido. Una sociedad en la que los miembros más poderosos se aprovechan de sus privilegios para matar y comerse a los hijos más débiles, con gran deleite y ceremonia, para hacerse más fuertes.