A lo largo del siglo XVI Sevilla recibió dos visitas reales de gran trascendencia: en 1526 la del emperador Carlos V para contraer matrimonio con la princesa Isabel de Portugal; en 1570 la de Felipe II, que se encontraba en Andalucía tras la pacificación de las Alpujarras. En ambas ocasiones, la ciudad se revistió de galas clasicistas mediante una serie de arquitecturas efímeras. A través del estudio de esos programas decorativos se pueden deducir las aspiraciones de Sevilla, que en un breve lapso de tiempo iba a experimentar un notable crecimiento y una auténtica metamorfosis.
En efecto, desde que en 1503 obtuviese el monopolio del comercio con Indias y las riquezas comenzaran a llegar en enormes cantidades, sus élites rectoras buscaron ocultar el pasado musulmán bajo el mito de la Nueva Roma, de una «Roma triunfante en ánimo y grandeza», como la describiría Miguel de Cervantes. La coyuntura económica y la crisis social en el último cuarto del siglo XVI darían, sin embargo, al traste con tales aspiraciones, de modo que aquella Nueva Roma soñada se convertiría en la Nueva Babilonia de Lope.
En el presente volumen se estudia esa metamorfosis de Sevilla, acudiendo no solamente a los decorados festivos, sino a otros terrenos como la evolución de las viviendas o de los monumentos funerarios y a las transformaciones urbanas. Se atiende para ello a los testimonios contemporáneos tanto literarios como documentales, pero también a diversas obras artísticas contemporáneas.