Aun después de los muchos años que llevo estudiando la obra de Soledad Puértolas, me sigue pareciendo evidente y digna de admiración la luminosa y duradera coherencia del universo creativo de la autora. Coherencia que no se puede separar de su faceta su clara vocación de observadora. Los ensayos reunidos en este volumen desvelan los orígenes de las preocupaciones que recurren en sus narraciones: la soledad, la formación de la identidad, los momentos de plenitud que surgen con la revelación de otros mundos y la comunicación, aunque a veces fugaz, con el otro. Nos permiten además entrever su despertar literario y el quehacer diario que acompaña y culmina en la creación.